Washington.- El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tenía grandes ambiciones para rehacer el sistema de migración del país, un objetivo que no pudo lograr en sus cuatro años en el poder.
Dijo que protegería la frontera. Prometió que haría que el sistema de asilo funcionara. Se comprometió a proteger a los dreamers. El primer día de su Presidencia, propuso una ley para crear una vía hacia la ciudadanía para millones de migrantes que se encuentran en el país sin permiso legal.
Lo más importante es que aseguró que superaría la división partidista que durante mucho tiempo ha impedido cualquier revisión de un sistema de migración arcaico.Pero durante cuatro años, la mayoría de esos objetivos se vieron obstaculizados por la necesidad de enfrentar una oleada mundial de personas desplazadas que huían de sus hogares y una decidida oposición republicana que aprovechó escenas de una frontera caótica para bloquear iniciativas y dañar políticamente al Presidente.
Al final, según un análisis de The New York Times, el legado de Biden en materia de migración se limitará en gran medida a su éxito final en la reducción de los cruces fronterizos ilegales a sus niveles más bajos en más de cuatro años.